El acelerado ritmo de la vida cotidiana. Los acaparados de actividades que tenemos nuestros días. El poco tiempo libre que nos resta. Todos ellas son razones para que muchas personas no puedan ir al gimnasio, pero no lo son para que no puedan ejercitar el cuerpo.
En muchas actividades que desarrollamos a diario existe la posibilidad de quemar calorías y procurar mantenernos en forma. Estar en forma implica disciplina y estrategias en las diversas situaciones y acciones de la cotidianidad. No sólo en regular nuestra alimentación por medio de dietas balanceadas, está la clave para estar en forma, hay que ejercitar el cuerpo.
Así que faltar de tiempo o dinero para ejercitarse bajo una guía en el gimnasio, ya no es excusa para no intentar estar en forma. Algunos trucos para convertir nuestras actividades cotidianas en provechosas rutinas para ejercitar el cuerpo son: Tomar un tiempo en la cama antes de levantarnos definitivamente. Allí podemos hacer ejercicios despertadores como giros en los tobillos, estiramiento de piernas, torso y brazos. Buen ánimo para comenzar la jornada.
Al desplazarse, bien sea al lugar de trabajo, al estudio o a donde se tenga que ir, es provechoso esperar el transporte apoyando el peso del cuerpo en una y otra pierna, haciendo variaciones cada 7 u 8 minutos. También, caminar es una actividad completa y saludable; así que bajarse del autobús unas cuántas cuadras antes de nuestro destino y caminar 10 minutos, apresuradamente y apretando el vientre, es beneficioso para el ritmo cardiaco y la tonificación de músculos.
También, mientras estés en un sitio, sedentario, por muchas horas, un estiramiento de piernas, tensionando los dedos de los pies en ciclos de 10 segundos te ayudará a ejercitar los músculos de las piernas.
En cada lugar y actividad en la que estemos nuestro cuerpo está respondiendo a movimientos y estímulos que pueden hacerle mucho bien. La clave está en lograr ejercitar el cuerpo en cada ocasión de nuestro agitado día, en no olvidarnos de nuestro bienestar y satisfacción.
En muchas actividades que desarrollamos a diario existe la posibilidad de quemar calorías y procurar mantenernos en forma. Estar en forma implica disciplina y estrategias en las diversas situaciones y acciones de la cotidianidad. No sólo en regular nuestra alimentación por medio de dietas balanceadas, está la clave para estar en forma, hay que ejercitar el cuerpo.
Así que faltar de tiempo o dinero para ejercitarse bajo una guía en el gimnasio, ya no es excusa para no intentar estar en forma. Algunos trucos para convertir nuestras actividades cotidianas en provechosas rutinas para ejercitar el cuerpo son: Tomar un tiempo en la cama antes de levantarnos definitivamente. Allí podemos hacer ejercicios despertadores como giros en los tobillos, estiramiento de piernas, torso y brazos. Buen ánimo para comenzar la jornada.
Al desplazarse, bien sea al lugar de trabajo, al estudio o a donde se tenga que ir, es provechoso esperar el transporte apoyando el peso del cuerpo en una y otra pierna, haciendo variaciones cada 7 u 8 minutos. También, caminar es una actividad completa y saludable; así que bajarse del autobús unas cuántas cuadras antes de nuestro destino y caminar 10 minutos, apresuradamente y apretando el vientre, es beneficioso para el ritmo cardiaco y la tonificación de músculos.
También, mientras estés en un sitio, sedentario, por muchas horas, un estiramiento de piernas, tensionando los dedos de los pies en ciclos de 10 segundos te ayudará a ejercitar los músculos de las piernas.
En cada lugar y actividad en la que estemos nuestro cuerpo está respondiendo a movimientos y estímulos que pueden hacerle mucho bien. La clave está en lograr ejercitar el cuerpo en cada ocasión de nuestro agitado día, en no olvidarnos de nuestro bienestar y satisfacción.
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